El éxito de Marshman Foundation: ahorro, accesibilidad y una experiencia de usuario optimizada con Open LMS
Con sede en Adelaida y presencia en todo el estado de Australia del Sur y más allá, la Marshman Foundation desarrolla programas de liderazgo personal basados en evidencia, diseñados para jóvenes en situación de desventaja, desconexión o riesgo social.
Los cursos de la fundación están dirigidos a adolescentes de entre 10 y 16 años provenientes de diversos entornos y que enfrentan distintos desafíos: algunos viven en zonas de bajos ingresos, otros están en riesgo de abandonar la escuela o ingresar al sistema de justicia juvenil.
Los programas de Marshman Foundation generan resultados tangibles y medibles enfocados en la salud mental, fortaleciendo la confianza, la autoestima y las habilidades de comunicación, al tiempo que ayudan a los estudiantes a establecer metas personales.
Antecedentes: la misión de la Marshman Foundation
Aunque los jóvenes son los principales beneficiarios del aprendizaje, los programas y el entorno educativo de la fundación están diseñados principalmente para formadores y docentes. Estos instructores acceden y presentan el contenido tanto en persona como a través de pantallas en sus aulas.
Los cursos suelen tener una duración de 10 a 18 semanas: los más cortos están dirigidos a los estudiantes más jóvenes, con una hora semanal de formación; los más extensos, a alumnos mayores, con hasta seis horas de contenido por semana.
La fundación también atiende a un grupo más reducido de estudiantes que acceden directamente al contenido autodirigido, como quienes reciben educación en casa de manera temporal o permanente debido a su desvinculación del sistema escolar. De hecho, estos programas se implementan con frecuencia como una vía para ayudar a los estudiantes a reintegrarse al sistema educativo.
Tanto estos instructores como los alumnos necesitan —y merecen— una plataforma de aprendizaje intuitiva y fácil de usar.
El desafío: serios problemas de accesibilidad y un proveedor de LMS inflexible
En 2022, la Marshman Foundation llegó al final del camino con su anterior proveedor de plataforma LMS, tras una acumulación de problemas que ya no podían ignorarse.
La situación se volvió insostenible cuando una auditoría de accesibilidad realizada por Atlassian reveló una gran cantidad de fallas críticas en la plataforma heredada.
Por ejemplo, se descubrió que la función de tabulación, utilizada con frecuencia por dispositivos de asistencia para navegar el contenido, no funcionaba correctamente.
Además, el tema predeterminado de la plataforma presentaba problemas de contraste, dificultando la lectura para algunos usuarios, y los sistemas de texto a voz reproducían una gran cantidad de texto innecesario, afectando la experiencia de quienes dependían de esta tecnología. Naturalmente, la fundación quería corregir estos problemas y avanzar en sus objetivos culturales de ampliar la participación educativa.
Sin embargo, su antiguo proveedor solo ofrecía un proceso largo y costoso para implementar las soluciones. La fundación no contaba ni con el tiempo ni con los recursos financieros para seguir ese camino.
A lo largo de los años, el pequeño equipo de cinco personas de la fundación se había frustrado con el modelo de servicio “paga mientras usas” del proveedor: aunque las tarifas de alojamiento eran claras, el soporte, las actualizaciones y el mantenimiento se cobraban por separado.
Esto generaba una situación problemática: los costos eran una sorpresa constante y los presupuestos, casi imposibles de prever. Lo peor de todo era que, cuando el equipo encontraba un problema, prefería buscar soluciones por su cuenta o simplemente soportarlo, en lugar de pagar el costoso soporte técnico. Además, los comentarios de los usuarios del sistema anterior señalaban constantemente su mala usabilidad.
El equipo debía ofrecer sesiones de capacitación de una hora solo para enseñar a usar la plataforma, y aun así debía seguir brindando soporte adicional a quienes no lograban orientarse dentro del sistema.
Era momento de buscar una solución mejor.
“Para nosotros era importante que cualquier interfaz fuera atractiva, pero también accesible, y que la tecnología en sí fuera realmente confiable. Fui maestra en otra etapa de mi vida, y sé por experiencia que no hay nada peor que estar frente a un grupo de estudiantes y que la tecnología no funcione.”
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La solución: cómo Open LMS y el tema Snap ofrecieron una alternativa simple y asequible
Rebecca Andary, directora general de la Marshman Foundation, ha trabajado tanto en la industria de la tecnología educativa como en el aula, por lo que conoce bien las opciones disponibles y los desafíos que enfrentan docentes y estudiantes. No dudó en ponerse en contacto con Open LMS para explorar sus alternativas, y quedó muy satisfecha con la propuesta presentada.
“Open LMS fue increíblemente competitivo, y sabía que su servicio y soporte serían justo lo que necesitábamos. Somos una organización muy pequeña, así que necesitamos asistencia inmediata. He trabajado con varios sistemas de gestión del aprendizaje y proveedores en el pasado, y no tengo ninguna queja sobre el soporte, el producto o el servicio que recibimos de Open LMS.”
El antiguo LMS de la fundación estaba basado en Moodle™, por lo que Open LMS ofreció una continuidad natural, permitiendo una migración sencilla (“lift and shift”) de los recursos del sistema anterior al nuevo. Aunque ambas plataformas comparten la base de Moodle™, la versión de Open LMS incluye características clave que responden directamente a las necesidades de accesibilidad y usabilidad de la fundación.
Entre ellas destaca el tema Snap de Open LMS, que resolvió de inmediato muchos de los problemas de accesibilidad identificados en la auditoría anterior.
Con la plataforma configurada y operativa rápidamente, la fundación pudo concentrarse en ajustar los últimos detalles del contenido para cumplir con los estándares de accesibilidad. Gracias a Snap, junto con los formatos de curso y complementos disponibles (plugins) en Open LMS, la fundación logró crear contenidos de aprendizaje visualmente atractivos sin necesidad de diseñadores instruccionales especializados.
Esto no solo mejoró el nivel de participación de los estudiantes, sino que también permitió al equipo reducir su dependencia de proveedores externos para el desarrollo y la actualización de contenidos.
Además, el cambio a Open LMS trajo consigo una incorporación mucho más fluida para docentes y formadores. Ahora, la fundación dedica menos tiempo a capacitarlos sobre el uso de la plataforma, gracias a la navegación intuitiva, los temas modernos y el entorno simplificado de Open LMS. A diferencia del sistema anterior, muchos usuarios logran orientarse y comenzar a trabajar apenas reciben sus credenciales.
La fundación paga a Open LMS una tarifa anual competitiva basada en el número de usuarios, con capacidad para hasta 1.000 participantes. El precio incluye dos actualizaciones importantes al año, mantenimiento y soporte continuo, lo que garantiza que la fundación tenga siempre acceso a las últimas versiones de Moodle™ y a las funciones exclusivas de Open LMS, sin preocuparse por los costos de asistencia.
“Rara vez necesitamos enviar solicitudes de soporte, lo cual es fantástico. Cuando lo hice recientemente, Open LMS superó mis expectativas para ayudarme a resolver el problema que teníamos. Resultó ser una solicitud de nueva funcionalidad, pero aun así me ofrecieron alternativas temporales. Nunca siento que soy una molestia.”
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Los resultados: miles de dólares ahorrados y más tiempo para cursos accesibles y valorados por todos
El cambio a Open LMS y al tema Snap resolvió casi de inmediato los 27 problemas críticos de accesibilidad identificados en la auditoría de la Marshman Foundation, algo que habría costado miles de dólares solucionar con su antiguo proveedor. Además, el cambio vino acompañado de un aumento notable en los comentarios positivos de docentes, formadores y estudiantes: todos los grupos coinciden en que Open LMS es mucho más fácil de usar y que los cursos son ahora más atractivos y participativos.
La mejora en la facilidad de uso se refleja también en la reducción drástica del tiempo necesario para incorporar nuevos usuarios. Antes, la fundación destinaba una hora completa para capacitar a cada nuevo docente o formador en la plataforma anterior; ahora solo requiere unos 10 minutos, e incluso en algunos casos ninguno. Con alrededor de 200 usuarios nuevos al año, esto representa un ahorro de entre 160 y 200 horas anuales.
Además de este ahorro de tiempo y mejora en la experiencia de aprendizaje, la fundación disfruta ahora de un modelo de precios más justo y predecible, que se ajusta mejor a la naturaleza de sus operaciones.
“Era muy importante para mí no tener sorpresas al hacer el presupuesto. Ahora sé exactamente cuánto vamos a gastar cada año en nuestro sistema de gestión del aprendizaje. Ya no corremos el riesgo de quedarnos con una versión antigua y obsoleta de Moodle™ por no poder pagar una actualización. Desde la perspectiva de satisfacción del cliente, los estudiantes están más contentos y comprometidos. Y mis clientes —los docentes y formadores con los que trabajamos directamente— también aman el sistema. Estoy encantada con Open LMS.”
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